12.25.2008

Dos de Tres

Hay miles de conversaciones que has de tener con tus padres a lo largo de tu vida, pero en mi caso, destacaría tres. Pues bien, llevo tres días en casa, y he tenido ya dos... Bueno, qué coño, y las dos han tenido lugar hoy. Y se hace durillo, tengo el corazón a punto de escaparse por la boca continuamente.

La primera, esta tarde, de vinos con mis padres, hablando de ese "cuando vuelvas de Madrid", no aguanté más y solté el "Dios, ¿de verdad tengo que volver?". Bien, era una cosa de esas que quieres ir soltando poco a poco, que en el fondo ya saben, pero que bueno, hasta que no llegue el momento, no sé, como que no hay por qué decirla.

La segunda, después de cenar, con el Rioja, el Albariño y el Cava encima (atención al componente alcohólico de todas las conversaciones transcendentales) ha venido de boca de mi madre. Algo así como "anda, haz el favor de fumarte un cigarro, que pareces gilipollas, que hace mil años que sé de sobra que fumas"... Que claro, es una de esas cosas absurdas, que lo piensas y parece una tontería, pero en mi casa siempre han sido muy tiquismiquis con el tema del tabaco, y como hace 5 años que no vivo aquí, pues se ve que el tema tardó más de la cuenta en salir.

De todas formas, lo dicho, dos de tres, falta una. Y siempre defenderé que no es en absoluto necesaria, que no es por prejuicios, que sé que no los hay por ninguna parte, sólo que defiendo un mundo sin presunciones ni presuposiciones. Y por otra parte, nada que no sepan, tampoco...

Espero que, a pesar de la borrachera que llevo ahora mismo (acorde con el clima general que hay en mi casa, por otra parte), se entienda de sobra todo esto. Así que, en otro orden de cosas, Feliz Navidad a todos. Me han encantado las felicitaciones varias llegadas por mail, que lo sepáis. Yo haré algo así para fin de año, que tiene menos componentes religiosos (aunque no muchos menos).

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