Asturias, patria querida, asturias de mis amores, ¿quién estuviera en Asturias en todas las ocasiones? Un momento, para, para, conozco a muchísima gente que ha estado en Asturias en todas las ocasiones y puedo asegurar que no sienta del todo bien... Pero lo que es de vez en cuando, da un subidón...
Llegué ayer a eso de las siete de la tarde. A los 10 minutos, me tiré en el sofá de casa. Sonó el teléfono, dos veces, tres (juro que la próxima vez no voy a decir cuándo vengo a nadie). En fin, me volví a tirar en el enorme sofá cuando descubrí que mi leve dolor de espalda en la zona lumbar se acababa de transformar en una lumbalgia aguda, gracias al cambio de humedad. Por otra parte, a mi nariz le daba por ponerse a sangrar a chorro por el cambio de presión (hay que tener en cuenta que en 10 minutos el tren baja de los 1.200 metros a los 323'5). Cuando dudaba entre cuál de las dos dolencias afrontaba en primer lugar, descubro que tengo un cuerpo extraño entre la lentilla y el ojo, y molesta mogollón... (Que cromo de niño, dios...)
Total, que sabréis qué opiné en ese mismo momento de eso de "patria querida", ¿no? Y si no lo sabéis, os lo podréis imaginar. Pero bueno, después de todo eso, llegó mi madre del trabajo, salimos a cenar, y a la vuelta pensé que sí, me duele la espalda, estoy aleladísimo del cambio de altitud, pero joder... Desde aquí, por la noche... ¡se ven las estrellas!
Llegué ayer a eso de las siete de la tarde. A los 10 minutos, me tiré en el sofá de casa. Sonó el teléfono, dos veces, tres (juro que la próxima vez no voy a decir cuándo vengo a nadie). En fin, me volví a tirar en el enorme sofá cuando descubrí que mi leve dolor de espalda en la zona lumbar se acababa de transformar en una lumbalgia aguda, gracias al cambio de humedad. Por otra parte, a mi nariz le daba por ponerse a sangrar a chorro por el cambio de presión (hay que tener en cuenta que en 10 minutos el tren baja de los 1.200 metros a los 323'5). Cuando dudaba entre cuál de las dos dolencias afrontaba en primer lugar, descubro que tengo un cuerpo extraño entre la lentilla y el ojo, y molesta mogollón... (Que cromo de niño, dios...)
Total, que sabréis qué opiné en ese mismo momento de eso de "patria querida", ¿no? Y si no lo sabéis, os lo podréis imaginar. Pero bueno, después de todo eso, llegó mi madre del trabajo, salimos a cenar, y a la vuelta pensé que sí, me duele la espalda, estoy aleladísimo del cambio de altitud, pero joder... Desde aquí, por la noche... ¡se ven las estrellas!
1 comentario:
pues sí, hijo, ¡qué cromo de niño!
vuelve pronto que te necesitamso entero, jajaja
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