Ya, lo sé, nunca aprendo. ¿A qué se deberá esta costumbre de abrir blogs e ir reduciendo el ritmo de actualización paulatinamente hasta pasar de ellos del todo? Nadie conoce aún la respuesta, y tampoco la solución, y por eso me atrevo con uno más, pero esta vez más libre. Aquí hablaré de mi vida, puede que de vez en cuando suelte algún relato o composición literaria, si me veo inspirado, claro. Pretendo escribir también sobre música, cine, webs, restaurantes, bares y tiendas, planes nocturnos y diurnos, lo que se me ocurra. Un genial desorden...
Así que, hasta la primera actualización, queridos lectores.
Así que, hasta la primera actualización, queridos lectores.
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