Veamos, siempre digo lo mismo, que si voy fatal de tiempo en mi vida en general, que si no paro, y no sé cuántas cosas más, pero hay un hueco que me reservo como sagrado, un rato en la tarde-noche del miércoles... Porque si de algo sabemos aquí la pandi, es de instaurar tradiciones cuanto menos absurdas, y la más intocable es sin duda la de los miércoles y El Rey de las Tortillas.
Las tapas no son nada especial, las patatas no son precisamente lo mejor del mundo, las tortillas tienen mucho que aprender para llegar a la altura de cualquier intento de revuelto que me haga yo en casa, las sillas son incómodas, y no es que haya mucho espacio, pero no sé, algo tiene que nos impediría ir a otro sitio. Quizá son esos "metros" de cerveza que nos hacen arrastrarnos por los suelos de Chamberí hasta las tantas, o el hecho de que ya nos conocen y tenemos asegurada la mesa todos los miércoles. Por mi parte, también suma puntos el hecho de que esté debajo de mi casa y aunque vuelva haciendo eses, el trayecto no es muy largo, no sé.
Me paro a pensarlo, y la verdad es que ya llevamos un montón de tiempo sin faltar un miércoles (aunque el quórum se va reduciendo cada vez más y me estoy empezando a mosquear por ello), y desde aquel día en que lo rebauticé como "The King of the Lesbians" (haciendo un juego de palabras tan cutre que sería digno de Arévalo, pero con gran éxito, por otra parte), lo que derivó en "King's" a secas pronto, el antro en sí ha dado para muchas historias, y para afianzar relaciones, sin duda. Hoy ha dado para un brainstorming más o menos fructífero sobre posibles títulos para nuestro cortometraje, y ya que comento esto, os animo a que leáis las crónicas de Marta sobre la ardua preproducción en 'Diario de un Corto'.
Claro ejemplo de esos momentos...
Así que lo dicho, nos vemos los miércoles en la calle Andrés Mellado, alrededor de las 8 de la tarde (si venís más tarde, no respondo, que igual ya voy cocido... Qué rápido sube esa cerveza, madre...)
Las tapas no son nada especial, las patatas no son precisamente lo mejor del mundo, las tortillas tienen mucho que aprender para llegar a la altura de cualquier intento de revuelto que me haga yo en casa, las sillas son incómodas, y no es que haya mucho espacio, pero no sé, algo tiene que nos impediría ir a otro sitio. Quizá son esos "metros" de cerveza que nos hacen arrastrarnos por los suelos de Chamberí hasta las tantas, o el hecho de que ya nos conocen y tenemos asegurada la mesa todos los miércoles. Por mi parte, también suma puntos el hecho de que esté debajo de mi casa y aunque vuelva haciendo eses, el trayecto no es muy largo, no sé.
Me paro a pensarlo, y la verdad es que ya llevamos un montón de tiempo sin faltar un miércoles (aunque el quórum se va reduciendo cada vez más y me estoy empezando a mosquear por ello), y desde aquel día en que lo rebauticé como "The King of the Lesbians" (haciendo un juego de palabras tan cutre que sería digno de Arévalo, pero con gran éxito, por otra parte), lo que derivó en "King's" a secas pronto, el antro en sí ha dado para muchas historias, y para afianzar relaciones, sin duda. Hoy ha dado para un brainstorming más o menos fructífero sobre posibles títulos para nuestro cortometraje, y ya que comento esto, os animo a que leáis las crónicas de Marta sobre la ardua preproducción en 'Diario de un Corto'.
Claro ejemplo de esos momentos...
Así que lo dicho, nos vemos los miércoles en la calle Andrés Mellado, alrededor de las 8 de la tarde (si venís más tarde, no respondo, que igual ya voy cocido... Qué rápido sube esa cerveza, madre...)
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